jueves, 4 de noviembre de 2010

El relajamiento cuantitativo: ¿Alternativa eficaz?


Es curioso analizar el desarrollo que mostraron los mercados bursátiles estos últimos días. Si bien mostraban la volatilidad que comúnmente suele existir, parecía como si se estuviera esperando algo, como si algo interesante de alta magnitud estaba a punto de suceder. Revisando, rápidamente, “Bloomberg News” era obvio que esto se debía a EE.UU una vez más – ¿De que más no puede ser responsables?-. El culpable de la historia: La FED. Sucedía que se había acordado una asamblea para el día de ayer, donde posiblemente se determinase cuantitativamente el plan de estimulo monetario que se tenía planeado. Y definitivamente así fue.

Lo primero, es una señal muy buena, el hecho que el mercado financiero haya estado tan pendiente de esta decisión, es señal de credibilidad por parte de la Reserva Federal, más que claro está, que en una economía donde el banco central pierda dicha condición es señal de inestabilidad, ya que ante choques externos los agentes no creerán en los mecanismos de estabilización y control de la autoridad. Lo segundo, resulta muy subjetivo, de hecho serán 600 billones de dólares, monto total con el que la FED comprara los Treasuries hasta junio del siguiente año, esta sin duda, poniendo en riesgo su credibilidad por una apuesta en la reducción del desempleo y una posible deflación. La subjetividad del asunto, va más por el tipo de política monetaria expansiva que se esta usando: el relajamiento cuantitativo (quantitive easing). Definitivamente, era una de las pocas medidas de política expansiva que se podían llevar a cabo dada la situación de la economía americana: un escenario de alto desempleo y bajísimas tasas de intereses de referencia (cercanas a cero).

La pregunta clave es: ¿Qué tan efectiva será la relajación cuantitativa? El avocarnos en experiencias pasadas es poco alentador ya que no se puede calibrar con exactitud su precisión, como nos cuenta la experiencia japonesa. Como ya es bien conocido, Japón experimentó un proceso de estancamiento del producto en los noventa. El Banco Central Japonés luego de agotar la posibilidad de política monetaria expansiva por medio de reducción en tasas de intereses de referencia, por estar estas ubicadas muy cercanas a cero (trampa de liquidez); apeló a la relajación cuantitativa desde el 2001 hasta el 2006 con resultados muy ambiguos. Si bien el decenio perdido de Japón termina el 2003, no se obtuvieron los resultados previstos-por el comportamiento de la demanda interna- se cree que lo que impulso a Japón, más que el relajamiento cuantitativo, fue un surgimiento de la demanda por exportaciones proveniente de China. Si bien era fácil el monetarizar la deuda e inyectar de cierta forma más dinero a la economía, era muy difícil el obligar a los empresarios a trasladar los excedentes a la economía en general.

Ahora, todo esto no significa que Bernanke este completamente equivocado, el hecho que no se pruebe la completa efectividad del impacto del relajamiento cuantitativo en la economía japonesa, no significa que emplear este mecanismo de política monetaria sea malo. Empezar a describir el porque de lo recién mencionado, significaría centenares de líneas mas, lo que dejaremos para un próximo post. Sin embargo, las diferencias más resaltantes son que EE.UU cuenta con una mayor flexibilidad para el manejo de activos con la que contaba Japón y que el sistema financiero americano no se encuentra tan débilmente estructurado como lo estaba el de Japón. Por otro lado, lo que si es preocupante es que en ambas experiencias comparten una característica desfavorable: elevado déficit fiscal.

Definitivamente, a la economía global le conviene que esta relajación cuantitativa sea fructífera, y que la posibilidad de una posible inflación global no se concrete. Es en situaciones como estas, de inminente depreciación del dólar respecto a las demás divisas (por la monetarizacion de la deuda), donde países en vías de desarrollo con Banco Centrales activos y eficientes; y políticas que impulsan las exportaciones y la diferenciación se ven menos desfavorecidas. Finalmente, es inevitable pensar que teóricos o ciertos economistas hablen a favor o en contra del relajamiento cuantitativo, al fin y al cabo, la economía es una ciencia inexacta que genera polémicas y puntos de vistas muy interesantes.