jueves, 4 de noviembre de 2010

El relajamiento cuantitativo: ¿Alternativa eficaz?


Es curioso analizar el desarrollo que mostraron los mercados bursátiles estos últimos días. Si bien mostraban la volatilidad que comúnmente suele existir, parecía como si se estuviera esperando algo, como si algo interesante de alta magnitud estaba a punto de suceder. Revisando, rápidamente, “Bloomberg News” era obvio que esto se debía a EE.UU una vez más – ¿De que más no puede ser responsables?-. El culpable de la historia: La FED. Sucedía que se había acordado una asamblea para el día de ayer, donde posiblemente se determinase cuantitativamente el plan de estimulo monetario que se tenía planeado. Y definitivamente así fue.

Lo primero, es una señal muy buena, el hecho que el mercado financiero haya estado tan pendiente de esta decisión, es señal de credibilidad por parte de la Reserva Federal, más que claro está, que en una economía donde el banco central pierda dicha condición es señal de inestabilidad, ya que ante choques externos los agentes no creerán en los mecanismos de estabilización y control de la autoridad. Lo segundo, resulta muy subjetivo, de hecho serán 600 billones de dólares, monto total con el que la FED comprara los Treasuries hasta junio del siguiente año, esta sin duda, poniendo en riesgo su credibilidad por una apuesta en la reducción del desempleo y una posible deflación. La subjetividad del asunto, va más por el tipo de política monetaria expansiva que se esta usando: el relajamiento cuantitativo (quantitive easing). Definitivamente, era una de las pocas medidas de política expansiva que se podían llevar a cabo dada la situación de la economía americana: un escenario de alto desempleo y bajísimas tasas de intereses de referencia (cercanas a cero).

La pregunta clave es: ¿Qué tan efectiva será la relajación cuantitativa? El avocarnos en experiencias pasadas es poco alentador ya que no se puede calibrar con exactitud su precisión, como nos cuenta la experiencia japonesa. Como ya es bien conocido, Japón experimentó un proceso de estancamiento del producto en los noventa. El Banco Central Japonés luego de agotar la posibilidad de política monetaria expansiva por medio de reducción en tasas de intereses de referencia, por estar estas ubicadas muy cercanas a cero (trampa de liquidez); apeló a la relajación cuantitativa desde el 2001 hasta el 2006 con resultados muy ambiguos. Si bien el decenio perdido de Japón termina el 2003, no se obtuvieron los resultados previstos-por el comportamiento de la demanda interna- se cree que lo que impulso a Japón, más que el relajamiento cuantitativo, fue un surgimiento de la demanda por exportaciones proveniente de China. Si bien era fácil el monetarizar la deuda e inyectar de cierta forma más dinero a la economía, era muy difícil el obligar a los empresarios a trasladar los excedentes a la economía en general.

Ahora, todo esto no significa que Bernanke este completamente equivocado, el hecho que no se pruebe la completa efectividad del impacto del relajamiento cuantitativo en la economía japonesa, no significa que emplear este mecanismo de política monetaria sea malo. Empezar a describir el porque de lo recién mencionado, significaría centenares de líneas mas, lo que dejaremos para un próximo post. Sin embargo, las diferencias más resaltantes son que EE.UU cuenta con una mayor flexibilidad para el manejo de activos con la que contaba Japón y que el sistema financiero americano no se encuentra tan débilmente estructurado como lo estaba el de Japón. Por otro lado, lo que si es preocupante es que en ambas experiencias comparten una característica desfavorable: elevado déficit fiscal.

Definitivamente, a la economía global le conviene que esta relajación cuantitativa sea fructífera, y que la posibilidad de una posible inflación global no se concrete. Es en situaciones como estas, de inminente depreciación del dólar respecto a las demás divisas (por la monetarizacion de la deuda), donde países en vías de desarrollo con Banco Centrales activos y eficientes; y políticas que impulsan las exportaciones y la diferenciación se ven menos desfavorecidas. Finalmente, es inevitable pensar que teóricos o ciertos economistas hablen a favor o en contra del relajamiento cuantitativo, al fin y al cabo, la economía es una ciencia inexacta que genera polémicas y puntos de vistas muy interesantes.

jueves, 5 de agosto de 2010

Institucionalidad: Reto pendiente

Hoy en día, todos los ciudadanos, en particular de la capital, somos conscientes de la proximidad de procesos electorales; sin tener mucha conciencia política basta con tan solo asomarse por algunas avenidas de la ciudad y observar lo abarrotada de propaganda política que estas se encuentran. Si bien estas tienen como fin hacer publicidad a candidatos municipales, no falta nada para que el mismo fenómeno tome lugar para las presidenciales; y sin duda, serán numerosos los nombres que veremos en dichas pancartas algunos conocidos, siendo los mismos representantes de partidos con una gran trayectoria política en nuestro país; y otros, candidatos nuevos de partidos recientemente creados. Definitivamente, uno de ellos será (mal que bien) el elegido para ocupar el sillón presidencial por 5 años, pero ¿podrá ser este gobernante capas de romper con una de las taras más remotas que arrastra nuestra nación: la falta de institucionalidad?

No es novedad que exista un tipo de correlación positiva entre el crecimiento económico, el PBI per capita y la institucionalidad. En innumerables tesis se habla que un mejor nivel de institucionalidad llevará a un mayor crecimiento económico, lo que realmente es cierto según la evidencia empírica. Pero, ¿Qué significa tener buena institucionalidad? Si bien se puede medir esta variable Proxy de diversas formas, personalmente, me parece prudente definirla como un Estado que cumpla con: control de corrupción, efectividad del gobierno, protección de derechos de propiedad, poder judicial autónomo y eficiente, voz y rendición de cuentas, calidad de regulación y estabilidad política. Por lo que ser bueno en todo lo anterior nos conduciría a un nivel de institucionalidad alto.


Cabe la pregunta entonces ¿Si el Perú crece cada año a tasas relativamente altas y se respeta el modelo, por que apuntar a un mejor nivel de institucionalidad? La respuesta más obvia sería: porque podríamos crecer más y rápidamente convertirnos en una economía desarrollada, pero lo importante con todo esto es que la mejora en los niveles de institucionalidad no restringiría o anularía el desempeño de una economía de mercado; y por consecuencia, no fomentaría la exclusión o marginación de algunos agentes económicos del mercado formal. Rompería esa famosa “Campana de Vidrio”-que hace del capitalismo un club privado, como lo menciona Hernando de Soto en su bestseller “El Misterio del Capital”- que no permite el empoderamiento de los que menos tienen incluyéndose en el sector formal y siendo parte de todas las ventajas que una economía de mercado ofrece como es el financiamiento bajo garantías reales o personales. El no poder formar parte del sector formal sin duda pone un techo al crecimiento empresarial y eleva los costos de transacción (contratos) abismalmente, dificultando la actividad comercial y restringiendo de cierta manera la inversión.


Ahora no es que el institucionalismo como una nueva corriente sea un reciente hallazgo para los “policy makers”peruanos, si bien este enfoque a diferencia del neoclásico supone aspectos sociales, políticos, culturales y económicos no es algo que ha tomado importancia hace poco. [1]Ya existe un Consejo Nacional de Competitividad (CNC) que busca mejorar los niveles de competitividad y situarnos para el año 2011 en la tercera economía más competitiva de la región (Foro Económico Mundial elaborado por el Banco Mundial) Y uno de los rubros es la institucionalidad, la cual se mide bajo otros 18 rubros vinculados, de los cuales en los rubros cargas burocráticas del marco regulatorio (123°) y la eficiencia legal (115°) nos ubicamos en los últimos lugares de la región. Otros rubros que son preocupantes son los derechos de propiedad (102°), la independencia del Poder Judicial (114°) y las políticas gubernamentales (96°).De hecho una reforma total en nuestros órganos de poder sería más que precisa.


Sabiendo todo eso seriamos muy miopes al no darnos cuenta que las cosas están mal, que existe un estado débil con pérdidas de capital social enorme y que difícilmente alcanzaremos niveles de competitividad favorables, pero ¿como realizar reformas si al parecer nuestro país es victima del peor de los males: la corrupción? En países como el Perú es muy difícil aplicar reformas en estos ámbitos ya que la corrupción es sistemática; es decir los que juzgan tampoco están libres de culpa. Definitivamente, es una tarea difícil distintitas estrategias del CNC (en teoría muy buenas) han sido puestas en marcha para conseguir el objetivo hace ya algún tiempo. Adicionalmente, se debe considerar como solución, para un problema tan arraigado, a la educación, debido a que ser una población culta generaría una mayor conciencia política y capaz de disntiguir de lo que es justo e injusto.


A poco menos de un año de las elecciones presidencial es preciso señalar que como peruanos no nos queda más que elegir moral y concientemente a los futuros representantes de la nación que sean capaces de solucionar las taras tan arraigadas que vamos arrastrando por indefinidas décadas como lo es la falta de institucionalidad en la que se encuentra sumergida el Perú. Dejémonos pues de los famosísimos “sobornos y cutreos”que no hacen más que dar a relucir la pobrísima realidad política en la que vivimos.














[1] Cámara de Comercio de Lima(2009) No-378

jueves, 22 de julio de 2010

ADAM SMITH:¿IDEAS VIGENTES?

Cuando uno empieza a estudiar economía, uno de los primeros nombres con que se encuentra es Adam Smith, y su famosa “mano invisible” que es sinónimo de eficiencia social alcanzada por la búsqueda del interés propio, limitado por el intereses del otro. Sin embargo, en la medida que se va a avanzando en distintos temas, se deja de mencionar y pareciese que la tesis de este personaje pasa a un segundo plano tornándose no muy vigente, lo cual sin duda no es así.




Las ideas y planteamientos de Smith acerca de los factores determinantes de la formación de capital son, sin duda las bases, de la economía de hoy en día. Es decir, la mejor forma para emplear el capital en la producción y la distribución de la riqueza es donde no existe la presencia del Estado. A cierta vista parece un poco descabellado pensar que sin una regulación clara se podría llegar a eliminar problemas tan actuales como los costos de transacción ocasionados por la información asimétrica o la creación de burbujas financieras desencadenando crisis de grandes magnitudes. Sin embargo, Smith podía argumentar una tesis tan idealista como esta, debido a que en su discurso daba por sentado el cumplimiento por parte del gobierno de un rol que conlleve a la estabilidad jurídica: fortaleza de contratos y, el rol subsidiario (proveer infraestructura cuando el sector privado no lo hace, por el hecho que no resulta rentable). Además, Smith creía que con un cierto grado de ingerencia del gobierno se podría restringir la libre competencia en los mercados de factores ocasionando una ruptura del mecanismo de transmisión para el funcionamiento de la famosa “mano invisible”.



Para muchos el no intervencionalismo parece una condición imposible e insostenible, por la existencia de los fallos de mercado, que toman lugar bajo escenarios particulares e impredecibles, entonces hablar de una autorregulación del mercado parece imposible. Esto sin duda, ha sido el “Caballito de Batalla” de algunos para decir que el fracaso del capitalismo es inminente; y es más, mencionar que con la última crisis financiera por la que atravesó el mundo el año anterior se debería apuntar a otra clase de modelos más proteccionistas y menos libremercarditas.


Por otro lado, Smith en sus obras postula como motor fundamental de crecimiento económico el libre comercio, haciendo hincapié en el hecho que la creación de la riqueza se da por “el trabajo”: por la especialización de este (como no recordar la historia de los alfileres). De aquí surge el hecho que cada país produzca lo que sabe hacer bien; es decir, lo que su factor humano y factor tierra le permite, de esta manera se desarrolla y explota una ventaja comparativa con el resto de países. Esta idea sienta el primer peldaño, la primera parte de la palanca de desarrollo de los países emergente, debido a que hacer lo anteriormente mencionado es vital en el transcurso en que estos últimos se vuelven economías industrializadas y desarolladas.

lunes, 17 de mayo de 2010

GRECIA: CRISIS HELÉNICA

Es inevitable abrir los diarios empresariales o visitar algunas direcciones electrónicas de coyuntura económica y toparnos con noticias negativas acerca del dinamismo macroeconómico de Grecia. Sin duda, en el 2001 cuando Grecia decidió formar parte de la Euro-Zona, tenía muy bien en claro los lineamientos a los que debía ceñir su política fiscal y macroeconómica, ya que el valor del “euro” depende, sin duda del desempeño económico de sus países miembros. Sin embargo, una regulación flexible de parte del banco central europeo y espacio para el manejo interno de las finanzas públicas dieron pie a una situación tan deplorable como la que vive Grecia hoy en día.

¿Qué sucedió? Básicamente, la postergación de un plan de recorte fiscal y el hecho de sostener políticas populistas por varios años, (esto se evidencia con la aguda burocracia que existe en Grecia-alrededor del 25% de la PEA labora en el sector público-) fueron las principales causas. Sin duda esta situación tan insostenible tenía que hacerse notar en algún punto. Las cosas están muy mal, la deuda pública es de 390 mil millones de de dólares y equivale a una razón Deuda- PIB del 120%. Todo esto se desenvolvió bajo gobiernos conservadores y de corte socialista que asumieron el poder en los últimos años y que por lo visto los modelos aplicados, no fueron los correctos.

Adicionalmente, el tema se agudiza más con los resultados y evaluaciones de las agencias calificadoras. Tal es el caso de la reducción de la calificación de los bonos de gobierno a BB+, una escala menor al grado de inversión; y estimar un “recovery rate” de alrededor del 30-50%; es decir, que los tenedores de bonos solo recuperarían dicho porcentaje del principal, (ambas calificaciones otorgadas por la agencia S&P).

Esto desencadena una desconfianza tremenda en los mercados de todo el mundo. Ocasionando que el rendimiento de los bonos a 10 años suba a 11% y los de 2 años alrededor del 16% como se muestra en el cuadro, el cual si bien solo muestra el performance de los bonos a 2 años, es básicamente el reflejo global del costo de financiamiento.


Ante esta situación, que se previa la incapacidad de pago de las obligaciones de deuda a mediano plazo y ante un próximo vencimiento de pago de 9,000 millones de euros este 19 de mayo; días atrás, Grecia selló un plan de rescate con la Unión Europea en combinación del Fondo Monetario Internacional por la suma de 140,000 millones de dólares. Existe mucha incertidumbre si este –bail out- (rescate financiero) será ejecutado de la forma correcta y podrá ser un paso para la necesaria recuperación económica de dicho país. El punto es que el plan que propone Grecia y que le exigen sus rescatistas suena teóricamente muy factible y producente; sin embargo ¿Será el gobierno capas de poner en marcha requerimientos de bruscos recortes salariales, alza de impuestos de valor agregado (IVA), y otras medidas de austeridad a 3 años para cerrar el multimillonario acuerdo de ayuda y evitar el incumplimiento de pagos en el futuro? Está es una pregunta clave, ya que inevitablemente se necesita dicha reestructuración para recobrar la confianza de los mercados globales.

¿Riesgo de Contagio?

En las últimas semanas, también, se ha desatado una creciente preocupación por las economías de España, Portugal e Irlanda, las cuales poseen una combinación de déficit fiscal y una alta deuda publica. Esta situación trajo consigo malestar y preocupación en todos los mercados bursátiles resultado de ello es el caso de Portugal que como se puede observar en el cuadro anterior, el rendimiento de sus bonos va aumentando por el factor riesgo (recordemos que cuando el rendimiento de los bonos de Grecia a 10 años superó el 7% fue cuando se pidió el rescate). Sin embargo, el que se desencadene una crisis de solvencia como está tomando lugar en el país helénico, dependerá si dichos países revierten la situación en la que se encuentran por más de una década: un crecimiento de los salarios mayor al de la productividad. Asimismo, a través de la reducción del gasto público y aumento de la base tributaria; sin embargo, hay que recordar que este tipo de medidas son poco populares desde el lado político. Además, por estar atados al hecho que comparten como bloque una misma moneda, no podrán elegir el camino de la devaluación por lo que el único camino parece estar centrado en reformas salariales, planes de crecimiento de productividad y voluntad política.

¿Y el Perú?

Por ser una economía abierta y por el hecho de poseer activos en los mercados globales, podríamos vernos afectados por una crisis de este tipo; sin embargo, por los fundamentos macroeconómicos que posee hoy en día el Perú, lo más probable es que no nos afecte en gran medida. Si bien los índices bursátiles, el rendimiento de nuestros papeles y las medidas de riesgo país (EMBIG) se han deteriorado ocasionando pérdidas cuantiosas para los inversionistas locales y offshores , luego que regrese la calma a los mercados por medidas de solución tomadas por la zona Euro, esta situación se revertiría.

A su vez, podemos extraer grandes conclusiones de todo esto, partiendo del hecho que a pesar de ser una economía respaldada por el valor de una divisa solvente no se esta blindado a una crisis de esta magnitud si es que en la práctica no se hacen las cosas pensando en la sostenibilidad de las cuentas fiscales. Un país no puede emprender medidas de corte populista y pensar que los problemas de financiamiento o requerimiento de efectivo se solucionan con endeudarse cada vez más y más situación que sucedía en Latinoamérica en los 80s. En nuestro caso, por primera vez en nuestra historia republicana, somos “acreedores netos”, por el desempeño económico de estos últimos años y es tarea de las próximas autoridades económicas seguir por esta vía, apuntando a destruir las taras de siempre-infraestructura, educación, crecimiento sin chorreo, etc-, y evitando a su vez los errores del pasado que nos costaron décadas sin crecimiento, no nos embarquemos en una travesía al naufragio nuevamente.

domingo, 24 de enero de 2010

VENEZUELA: DEVALUACIÓN, INFLACIÓN Y CHÁVEZ

Hablar de las experiencias económicas de cada país de la región se torna en muchos casos un análisis infinito, en el sentido de que pareciera que los distintos gobiernos de turno han intentado toda clase de modelos para convertir en prósperas sus economías. Sin duda se han intentado aplicar modelos tanto asistencialcitas como libremercadistas, dejando distintas lecciones para cada país. Lo esperado es que cada país de la región aprenda de las malas experiencias del resto; y es por eso que empíricamente en el siglo XXI, se apuesta en la región por un modelo de libre mercado, obviamente con matices, en el sentido que los problemas sociales no son los mismos y muchas veces ameritan políticas asistencialista pero sin alterar los fundamentos macroeconómicos. Sin embargo, en Latinoamérica existe una amenazante corriente de izquierda que trata de usurpar todo el terreno ya ganado, haciendo alarde de sus políticas falaces de bienestar y que trata de llevar a países del continente, con aún muchos problemas sociales (Ecuador y Bolivia), a un modelo que ya experimentó el fracaso en diversas ocasiones. Es una realidad que el populismo sigue presente en Latinoamérica y emana desde Venezuela, teniendo nombre y apellido propio.

La famosa y comentada devaluación del bolívar –que tomo lugar hace unas semanas-por medio del doble precio que tendrá esta moneda frente al dólar es una de las medidas que tendrán gravísimas consecuencias tanto en los precios y en el poder adquisitivo de las personas. Pero tras experimentar un déficit fiscal de ardedor 6-8% del PBI (gráfico: problems inflated), es una de las formas que el estado puede revertir esta situación a corto plazo, pero que en el largo tendrá que pagar un precio muy caro.

De los 2,15 bolívares por dólar en vigor desde 2005, esta divisa pasa a valer 2,60 bolívares para sectores considerados prioritarios, como alimentos, salud, remesas e importaciones del sector público, y 4,30 bolívares para el resto. Lo peligroso del asunto es que ahora el estado recibirá casi el doble por cada dólar proveniente de las exportaciones; en particular, por los impuestos y regalías sobre la renta que la empresa estatal petrolera PDVSA entrega al estado, esto significa que el estado tendrá espacio para llevar el gasto público hacia altas magnitudes; sumándole a esto la entrega de 7 billones de dólares de parte del Banco Central al Estado. Y en el escenario – el más probable- que el estado no pueda controlar el mercado paralelo cambiario se agudizará los problemas inflacionarios en el país. Cabe mencionar, que en el 2009 el crecimiento de la inflación respecto al año anterior fue del 27% y según el oficialismo se espera que por esta medida la tasa de crecimiento del 2010 aumente entre 3-5%.

En adición, una medida de este tipo –doble tipo cambiario- genera en un país, donde el poder recae en un régimen populista con alta burocracia una aguda corrupción. Prueba de esto es lo acontecido en nuestro país en la década de los 80 con la implementación del dólar MUC (Mercado Único Cambiario). Si bien el fin era otro, el resultado final será el mismo, ya que a la larga es el estado quien controla quien puede acceder a un tipo de cambio más barato, y que obviamente serán en muchos casos los partidiarios de Chávez, quienes posiblemente al no confiar en la economía de su país no van hacer otra cosa que aumentar sus cuentas personales en esta divisa extranjera en lugar de invertir. Esta medida a su vez generará una reducción considerable de las Reservas Internacionales de Venezuela, ya que estará frente a una situación en donde el Banco Central compra dólares a la par y los vende más baratos.

Pero entonces, si a pesar que se sabe de las inevitables y penosas consecuencias que esta medida puede llegar a desencadenar ¿porque llevarla a cabo? La respuesta más obvia la podemos extraer del anterior gráfico. Proveniente de la caída considerable del petróleo, los ingresos fiscales se redujeron rotundamente, por lo que vimos hace unas semanas los planes de ahorro de energía en Caracas que no eran mas que manotazos de ahogado de parte de un Estado que se quedaba sin caja. Esta pérdida de fondos es la pesadilla de cualquier régimen populista, ya que no posee el efectivo necesario para seguir con sus políticas asistencialcitas, sostener una subida del salario mínimo, aumentar la burocracia o financiar candidaturas políticas, temas que están tomando lugar cada uno de ellos en el régimen Chavista.

Chávez muy al tanto de las nefastas consecuencias que generará esta medida, ha amenazado con expropiar las empresas que tiendan a elevar sus precios, lo cual es una gran amenaza a la libre creación de empresas e inversión privada en Venezuela, y que a la larga es una contradicción más en el discurso de este hombre, ya que el modelo que propone tiene como pieza clave sustituir las importaciones y generar industria; y de cierta manera desligarse de la dependencia del petróleo, pero ¿que empresario racional invertiría en tal ambiente de incertidumbre y control de precios?. Suena muy similar a la famosa Industrialización por Sustitución de Importaciones, modelo que se llevo al límite en nuestro país en el régimen militar de los 70s y fue un rotundo fracaso. ¿Será más gobernantes del corte de Chávez lo que necesita hoy en día Latinoamérica?

lunes, 11 de enero de 2010

2009: UN AÑO DE CRISIS ECONÓMICA

Hace algunos años, cuando me preguntaba que significaba una debacle económica la respuesta era "el crack del 29", imaginando que una situación de tal magnitud sería poco probable que se vuelva a repetir por los graves errores que quizás se cometieron. Sin embargo, en pleno siglo XXI, donde se supone que día a día la teoría económica avanza y las entidades reguladores e instituciones que juegan un rol importante en la economía saben que hacer "en teoría" para un saludable manejo económico, se desató uno de los peores escenarios para la economía mundial.


El panorama internacional que enfrentó la economía mundial en 2009 es de una crisis económica y financiera prolongada y profunda. Las bajas tasas de referencia en las economías industrializadas-en mayor preponderancia la de EE.UU.- y la falta de regulación de los sistemas financieros propiciaron la especulación en activos financieros tóxicos-sin valor nominal alguno- creando así burbujas financieras que estallarían en cualquier instante.


Cuando esto sucedía en las economías grandes, los países emergentes como el Perú gozaban de repente de una prosperidad económica, proveniente de la apertura del mercado de China, lo que significaba un aumento considerable de la demanda externa. Estábamos, entonces, frente a un escenario donde el exterior demandaba más, nosotros producíamos más, empleando más gente y usábamos bien el dinero proveniente de las exportaciones, esto último por políticas, tanto monetarias y fiscales prudentes.


No tardó mucho en reventar la burbuja financiera de la cual se habla al principio, en el mercado inmobiliario estadounidense. Esto llevo a la bancarrota a diversos bancos, y basto con que el estado americano dejara quebrar a uno de los bancos más importantes: Lehman Brothers, para que se desate una crisis mundial trayendo abajo todos los indicadores bursátiles del mundo, ya que los agentes económicos habían perdido la confianza en los sistemas financieros.


Bajo este panorama de una inminente “crisis de confianza”, los inversionistas internacionales no confiaban en la solidez de nuestra economía a pesar que esta había tenido un excelente manejo fiscal y monetario los últimos años y decidieron blindarse en bonos del tesoro americano o bonos de las economías mas fuertes, lo que la teoría económica señala como los activos con menor riesgo.


Pensar que la economía peruana estaba blindada a la crisis mundial era un gran error, ya que siendo una economía tan pequeña donde las exportaciones representan una parte considerable del PBI en cierta forma nos tenía que afectar.Y fue así que la demanda externa se contrajo: exportábamos menos, de una performance de 8,2% en 2008 a -2,7% en 2009, la inversión extranjera disminuyo considerablemente de 25,6% en 2008 a -13% en 2009 y el consumo privado de 9% a 2,3%. Este último indicador cae porque en tiempos de crisis la gente prefiere ser más prudente a la hora de gastar, cambiando su preferencia de tenencia de dinero y; por ende, las propensiones marginales a consumir determinados bienes.


El estado peruano ante esta situación decidió lanzar el plan de estímulo económico (PEE) para que estas caídas en los indicadores económicos (Inversión, Consumo, etc) sean compensadas por un fuerte incremento del gasto público; sin embargo, el Perú es un país con aún muchas trabas burocátricas e institucionales lo que impidió que un plan tan ambicioso como el PEE pudiera ejecutarse eficientemente. Hasta diciembre del 2009, solo se ejecutó aproximadamente la tercera parte de este programa y el resto se espera tome lugar en el 2010. Con estos resultados, el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) prevé para este año que culmina un crecimiento de 0,5% aproximadamente cuyo mayor consecuencia en el 2009 sería el incremento de la pobreza de 36,2% a 37,8% de la población. El pobre crecimiento del PBI per cápita nos alejaría así de uno de los objetivos de reducir la pobreza al 13% en 2021, para lo cual se requiere que el PBI per cápita crezca a una tasa de 4,5% anual.


A nivel mundial, en el tercer trimestre del año, el PBI de Estados Unidos marcaba cifras azules de alrededor 2.8%, lo que era producto de la fuerte intervención estatal en la economía y el plan de estimulo económico propio de ese país. Lo que significo la vuelta de confianza en los agentes económicos y esto se reflejo a las horas en los mercados bursátiles. Sin embargo, a pesar de este punto de inflexión de la tendencia de los indicadores económicos, muchos economistas creen que es un crecimiento insostenible y que no pasará mucho tiempo para que las cifras vuelvan a ser desalentadoras.


Por lo anteriormente mencionado, en este nuevo año -el 2010- se prevé una recuperación lenta y gradual, pues llevará tiempo sanear el sistema financiero mundial, especialmente los bancos de los países desarrollados, donde será necesario contar con una nueva y rigurosa regulación global para corregir los desequilibrios estructurales y de intermediación financiera. En nuestro caso, con las expectativas positivas de nuestro lado se espera que estas sean la palanca de recuperación de sectores afectados en el 2009, como manufactura, comercio y pesca, en tanto que la actividad constructora y la minería liderarán el crecimiento, con lo que la economía peruana alcanzaría en 2010 un auge de alrededor del 5%.


Por ello, en un período cercano a las elecciones para la necesaria alternancia democrática, se requiere, sobre todo en los aspectos fiscal y comercial, persistir en el adecuado manejo de las variables que vienen permitiendo la solidez de nuestra economía y, en el aspecto político, estar atento mediante el diálogo a las expectativas sociales para asegurar y mantener la gobernabilidad que asegure la confianza de las inversiones. Esto último es crucial ya que las economías grandes van a recuperarse y si el Perú se vuelve una plaza donde persisten diversos problemas burocráticos y sociales, los inversionistas preferirán invertir en sus países de origen donde la legislación es más sencilla.