La famosa y comentada devaluación del bolívar –que tomo lugar hace unas semanas-por medio del doble precio que tendrá esta moneda frente al dólar es una de las medidas que tendrán gravísimas consecuencias tanto en los precios y en el poder adquisitivo de las personas. Pero tras experimentar un déficit fiscal de ardedor 6-8% del PBI (gráfico: problems inflated), es una de las formas que el estado puede revertir esta situación a corto plazo, pero que en el largo tendrá que pagar un precio muy caro.
De los 2,15 bolívares por dólar en vigor desde 2005, esta divisa pasa a valer 2,60 bolívares para sectores considerados prioritarios, como alimentos, salud, remesas e importaciones del sector público, y 4,30 bolívares para el resto. Lo peligroso del asunto es que ahora el estado recibirá casi el doble por cada dólar proveniente de las exportaciones; en particular, por los impuestos y regalías sobre la renta que la empresa estatal petrolera PDVSA entrega al estado, esto significa que el estado tendrá espacio para llevar el gasto público hacia altas magnitudes; sumándole a esto la entrega de 7 billones de dólares de parte del Banco Central al Estado. Y en el escenario – el más probable- que el estado no pueda controlar el mercado paralelo cambiario se agudizará los problemas inflacionarios en el país. Cabe mencionar, que en el 2009 el crecimiento de la inflación respecto al año anterior fue del 27% y según el oficialismo se espera que por esta medida la tasa de crecimiento del 2010 aumente entre 3-5%.
En adición, una medida de este tipo –doble tipo cambiario- genera en un país, donde el poder recae en un régimen populista con alta burocracia una aguda corrupción. Prueba de esto es lo acontecido en nuestro país en la década de los 80 con la implementación del dólar MUC (Mercado Único Cambiario). Si bien el fin era otro, el resultado final será el mismo, ya que a la larga es el estado quien controla quien puede acceder a un tipo de cambio más barato, y que obviamente serán en muchos casos los partidiarios de Chávez, quienes posiblemente al no confiar en la economía de su país no van hacer otra cosa que aumentar sus cuentas personales en esta divisa extranjera en lugar de invertir. Esta medida a su vez generará una reducción considerable de las Reservas Internacionales de Venezuela, ya que estará frente a una situación en donde el Banco Central compra dólares a la par y los vende más baratos.
Pero entonces, si a pesar que se sabe de las inevitables y penosas consecuencias que esta medida puede llegar a desencadenar ¿porque llevarla a cabo? La respuesta más obvia la podemos extraer del anterior gráfico. Proveniente de la caída considerable del petróleo, los ingresos fiscales se redujeron rotundamente, por lo que vimos hace unas semanas los planes de ahorro de energía en Caracas que no eran mas que manotazos de ahogado de parte de un Estado que se quedaba sin caja. Esta pérdida de fondos es la pesadilla de cualquier régimen populista, ya que no posee el efectivo necesario para seguir con sus políticas asistencialcitas, sostener una subida del salario mínimo, aumentar la burocracia o financiar candidaturas políticas, temas que están tomando lugar cada uno de ellos en el régimen Chavista.
Chávez muy al tanto de las nefastas consecuencias que generará esta medida, ha amenazado con expropiar las empresas que tiendan a elevar sus precios, lo cual es una gran amenaza a la libre creación de empresas e inversión privada en Venezuela, y que a la larga es una contradicción más en el discurso de este hombre, ya que el modelo que propone tiene como pieza clave sustituir las importaciones y generar industria; y de cierta manera desligarse de la dependencia del petróleo, pero ¿que empresario racional invertiría en tal ambiente de incertidumbre y control de precios?. Suena muy similar a la famosa Industrialización por Sustitución de Importaciones, modelo que se llevo al límite en nuestro país en el régimen militar de los 70s y fue un rotundo fracaso. ¿Será más gobernantes del corte de Chávez lo que necesita hoy en día Latinoamérica?