domingo, 24 de enero de 2010

VENEZUELA: DEVALUACIÓN, INFLACIÓN Y CHÁVEZ

Hablar de las experiencias económicas de cada país de la región se torna en muchos casos un análisis infinito, en el sentido de que pareciera que los distintos gobiernos de turno han intentado toda clase de modelos para convertir en prósperas sus economías. Sin duda se han intentado aplicar modelos tanto asistencialcitas como libremercadistas, dejando distintas lecciones para cada país. Lo esperado es que cada país de la región aprenda de las malas experiencias del resto; y es por eso que empíricamente en el siglo XXI, se apuesta en la región por un modelo de libre mercado, obviamente con matices, en el sentido que los problemas sociales no son los mismos y muchas veces ameritan políticas asistencialista pero sin alterar los fundamentos macroeconómicos. Sin embargo, en Latinoamérica existe una amenazante corriente de izquierda que trata de usurpar todo el terreno ya ganado, haciendo alarde de sus políticas falaces de bienestar y que trata de llevar a países del continente, con aún muchos problemas sociales (Ecuador y Bolivia), a un modelo que ya experimentó el fracaso en diversas ocasiones. Es una realidad que el populismo sigue presente en Latinoamérica y emana desde Venezuela, teniendo nombre y apellido propio.

La famosa y comentada devaluación del bolívar –que tomo lugar hace unas semanas-por medio del doble precio que tendrá esta moneda frente al dólar es una de las medidas que tendrán gravísimas consecuencias tanto en los precios y en el poder adquisitivo de las personas. Pero tras experimentar un déficit fiscal de ardedor 6-8% del PBI (gráfico: problems inflated), es una de las formas que el estado puede revertir esta situación a corto plazo, pero que en el largo tendrá que pagar un precio muy caro.

De los 2,15 bolívares por dólar en vigor desde 2005, esta divisa pasa a valer 2,60 bolívares para sectores considerados prioritarios, como alimentos, salud, remesas e importaciones del sector público, y 4,30 bolívares para el resto. Lo peligroso del asunto es que ahora el estado recibirá casi el doble por cada dólar proveniente de las exportaciones; en particular, por los impuestos y regalías sobre la renta que la empresa estatal petrolera PDVSA entrega al estado, esto significa que el estado tendrá espacio para llevar el gasto público hacia altas magnitudes; sumándole a esto la entrega de 7 billones de dólares de parte del Banco Central al Estado. Y en el escenario – el más probable- que el estado no pueda controlar el mercado paralelo cambiario se agudizará los problemas inflacionarios en el país. Cabe mencionar, que en el 2009 el crecimiento de la inflación respecto al año anterior fue del 27% y según el oficialismo se espera que por esta medida la tasa de crecimiento del 2010 aumente entre 3-5%.

En adición, una medida de este tipo –doble tipo cambiario- genera en un país, donde el poder recae en un régimen populista con alta burocracia una aguda corrupción. Prueba de esto es lo acontecido en nuestro país en la década de los 80 con la implementación del dólar MUC (Mercado Único Cambiario). Si bien el fin era otro, el resultado final será el mismo, ya que a la larga es el estado quien controla quien puede acceder a un tipo de cambio más barato, y que obviamente serán en muchos casos los partidiarios de Chávez, quienes posiblemente al no confiar en la economía de su país no van hacer otra cosa que aumentar sus cuentas personales en esta divisa extranjera en lugar de invertir. Esta medida a su vez generará una reducción considerable de las Reservas Internacionales de Venezuela, ya que estará frente a una situación en donde el Banco Central compra dólares a la par y los vende más baratos.

Pero entonces, si a pesar que se sabe de las inevitables y penosas consecuencias que esta medida puede llegar a desencadenar ¿porque llevarla a cabo? La respuesta más obvia la podemos extraer del anterior gráfico. Proveniente de la caída considerable del petróleo, los ingresos fiscales se redujeron rotundamente, por lo que vimos hace unas semanas los planes de ahorro de energía en Caracas que no eran mas que manotazos de ahogado de parte de un Estado que se quedaba sin caja. Esta pérdida de fondos es la pesadilla de cualquier régimen populista, ya que no posee el efectivo necesario para seguir con sus políticas asistencialcitas, sostener una subida del salario mínimo, aumentar la burocracia o financiar candidaturas políticas, temas que están tomando lugar cada uno de ellos en el régimen Chavista.

Chávez muy al tanto de las nefastas consecuencias que generará esta medida, ha amenazado con expropiar las empresas que tiendan a elevar sus precios, lo cual es una gran amenaza a la libre creación de empresas e inversión privada en Venezuela, y que a la larga es una contradicción más en el discurso de este hombre, ya que el modelo que propone tiene como pieza clave sustituir las importaciones y generar industria; y de cierta manera desligarse de la dependencia del petróleo, pero ¿que empresario racional invertiría en tal ambiente de incertidumbre y control de precios?. Suena muy similar a la famosa Industrialización por Sustitución de Importaciones, modelo que se llevo al límite en nuestro país en el régimen militar de los 70s y fue un rotundo fracaso. ¿Será más gobernantes del corte de Chávez lo que necesita hoy en día Latinoamérica?

lunes, 11 de enero de 2010

2009: UN AÑO DE CRISIS ECONÓMICA

Hace algunos años, cuando me preguntaba que significaba una debacle económica la respuesta era "el crack del 29", imaginando que una situación de tal magnitud sería poco probable que se vuelva a repetir por los graves errores que quizás se cometieron. Sin embargo, en pleno siglo XXI, donde se supone que día a día la teoría económica avanza y las entidades reguladores e instituciones que juegan un rol importante en la economía saben que hacer "en teoría" para un saludable manejo económico, se desató uno de los peores escenarios para la economía mundial.


El panorama internacional que enfrentó la economía mundial en 2009 es de una crisis económica y financiera prolongada y profunda. Las bajas tasas de referencia en las economías industrializadas-en mayor preponderancia la de EE.UU.- y la falta de regulación de los sistemas financieros propiciaron la especulación en activos financieros tóxicos-sin valor nominal alguno- creando así burbujas financieras que estallarían en cualquier instante.


Cuando esto sucedía en las economías grandes, los países emergentes como el Perú gozaban de repente de una prosperidad económica, proveniente de la apertura del mercado de China, lo que significaba un aumento considerable de la demanda externa. Estábamos, entonces, frente a un escenario donde el exterior demandaba más, nosotros producíamos más, empleando más gente y usábamos bien el dinero proveniente de las exportaciones, esto último por políticas, tanto monetarias y fiscales prudentes.


No tardó mucho en reventar la burbuja financiera de la cual se habla al principio, en el mercado inmobiliario estadounidense. Esto llevo a la bancarrota a diversos bancos, y basto con que el estado americano dejara quebrar a uno de los bancos más importantes: Lehman Brothers, para que se desate una crisis mundial trayendo abajo todos los indicadores bursátiles del mundo, ya que los agentes económicos habían perdido la confianza en los sistemas financieros.


Bajo este panorama de una inminente “crisis de confianza”, los inversionistas internacionales no confiaban en la solidez de nuestra economía a pesar que esta había tenido un excelente manejo fiscal y monetario los últimos años y decidieron blindarse en bonos del tesoro americano o bonos de las economías mas fuertes, lo que la teoría económica señala como los activos con menor riesgo.


Pensar que la economía peruana estaba blindada a la crisis mundial era un gran error, ya que siendo una economía tan pequeña donde las exportaciones representan una parte considerable del PBI en cierta forma nos tenía que afectar.Y fue así que la demanda externa se contrajo: exportábamos menos, de una performance de 8,2% en 2008 a -2,7% en 2009, la inversión extranjera disminuyo considerablemente de 25,6% en 2008 a -13% en 2009 y el consumo privado de 9% a 2,3%. Este último indicador cae porque en tiempos de crisis la gente prefiere ser más prudente a la hora de gastar, cambiando su preferencia de tenencia de dinero y; por ende, las propensiones marginales a consumir determinados bienes.


El estado peruano ante esta situación decidió lanzar el plan de estímulo económico (PEE) para que estas caídas en los indicadores económicos (Inversión, Consumo, etc) sean compensadas por un fuerte incremento del gasto público; sin embargo, el Perú es un país con aún muchas trabas burocátricas e institucionales lo que impidió que un plan tan ambicioso como el PEE pudiera ejecutarse eficientemente. Hasta diciembre del 2009, solo se ejecutó aproximadamente la tercera parte de este programa y el resto se espera tome lugar en el 2010. Con estos resultados, el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) prevé para este año que culmina un crecimiento de 0,5% aproximadamente cuyo mayor consecuencia en el 2009 sería el incremento de la pobreza de 36,2% a 37,8% de la población. El pobre crecimiento del PBI per cápita nos alejaría así de uno de los objetivos de reducir la pobreza al 13% en 2021, para lo cual se requiere que el PBI per cápita crezca a una tasa de 4,5% anual.


A nivel mundial, en el tercer trimestre del año, el PBI de Estados Unidos marcaba cifras azules de alrededor 2.8%, lo que era producto de la fuerte intervención estatal en la economía y el plan de estimulo económico propio de ese país. Lo que significo la vuelta de confianza en los agentes económicos y esto se reflejo a las horas en los mercados bursátiles. Sin embargo, a pesar de este punto de inflexión de la tendencia de los indicadores económicos, muchos economistas creen que es un crecimiento insostenible y que no pasará mucho tiempo para que las cifras vuelvan a ser desalentadoras.


Por lo anteriormente mencionado, en este nuevo año -el 2010- se prevé una recuperación lenta y gradual, pues llevará tiempo sanear el sistema financiero mundial, especialmente los bancos de los países desarrollados, donde será necesario contar con una nueva y rigurosa regulación global para corregir los desequilibrios estructurales y de intermediación financiera. En nuestro caso, con las expectativas positivas de nuestro lado se espera que estas sean la palanca de recuperación de sectores afectados en el 2009, como manufactura, comercio y pesca, en tanto que la actividad constructora y la minería liderarán el crecimiento, con lo que la economía peruana alcanzaría en 2010 un auge de alrededor del 5%.


Por ello, en un período cercano a las elecciones para la necesaria alternancia democrática, se requiere, sobre todo en los aspectos fiscal y comercial, persistir en el adecuado manejo de las variables que vienen permitiendo la solidez de nuestra economía y, en el aspecto político, estar atento mediante el diálogo a las expectativas sociales para asegurar y mantener la gobernabilidad que asegure la confianza de las inversiones. Esto último es crucial ya que las economías grandes van a recuperarse y si el Perú se vuelve una plaza donde persisten diversos problemas burocráticos y sociales, los inversionistas preferirán invertir en sus países de origen donde la legislación es más sencilla.